Ya sabéis que de vez en cuando me gusta escaparme por ahí, y esta vez el destino elegido fue San Francisco. Dejando de lado la paliza del viaje (¡está lejísimos!), ha merecido la pena. Es una ciudad magnífica, con muchos puntos de interés, pero lo primero que hay que hacer es enfrentarse a sus impresionantes cuestas (a pie o en tranvía) para acercarse al Fisherman Wharf y hacer las típicas compras turísticas en el Pier 39. También es obligada la excursión a la isla de Alcatraz para visitar el famoso penal. Es impresionante y realmente asusta ver sus celdas, sobre todo cuando te meten un minuto en una de las de aislamiento totalmente a oscuras, una experiencia sobrecogedora.

Otro de los símbolos de la ciudad es el Golden Gate, un magnífico puente, un auténtico reto para la ingeniería civil que hay que visitar y, si es posible, recorrer, ya sea a pie o en bici.

En San Francisco encontraréis multitud de viviendas unifamiliares de estilo victoriano. Las encontraréis por todos lados, pero las más típicas están en Alamo Square, una ondulada pradera en mitad de la ciudad, por la que hay que pasar para acercarse a la zona hippie de Haight-Ashbury, y desde la que puedes disfrutar de una magnífica vista del skyline, con los rascacielos del distrito financiero.

Todos conocéis mi pasión por el baloncesto, así que salté al otro lado de la bahía, a Oakland, para disfrutar de un partido de la NBA: Golden State Warriors contra los Dallas Mavericks de Dirk Novitzki. Un espectáculo fantástico que tenía que disfrutar y os aseguró que me lo pasé como un enano.

Otra cosa que caracteriza a San Francisco es la cantidad de murales que adornan sus edificios. Donde más abundan es en el hispano Mission, pero los hay por todos lados y encontré algunos magníficos en la zona de Fillmore y -el de la foto- cerca del museo de la generación Beat.

Para terminar, una vez allí –y sin saber si alguna vez podré volver- alquilé un coche y me acerque al idílico Carmel-by-the-Sea, el pueblo de Clint Eastwood. Me tomé una Dirty Harry Burger en su restaurante y paseé por la playa... Y como podéis ver ¡hasta ligué!
Fue una pena no poder disponer de más días libres, porque me quedaron bastantes cosas por ver, pero lo viví intensamente y lo aproveché al máximo. Os lo aseguro...
J.F. "Willy Fog" León